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jueves, 22 de abril de 2021

Guía de aves de la Dehesa de Navalvillar

La primavera avanza, y con ello la llegada de aves estivales, que comienzan a establecerse en las parcelas propicias para reproducirse.

Alcaudón común (Lanius senator)

Alcaudones comunes y currucas carrasqueñas ocupan espacios abiertos salpicados de zarzas y otros arbustos donde camuflarán sus nidos.

Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans)

Estas y otras aves, las podréis encontrar en nuestra "Guía de aves de la Dehesa de Navalvillar".


Por aquí os recordamos también los lugares donde podéis encontrar nuestra guía y donde por supuesto podréis comprar sus productos apoyando además al comercio local:

Colmenar Viejo.

-Amor de Huerta. Productos de huerta de temporada y de cercanía en Ctra Colmenar-Miraflores (Envera)
-La Milana. Tienda de productos ecológicos. C/Carrilejos Nº67, frente al INEM.
-Librería "El Mirador". En Centro Comercial El Mirador, Edificio D, Local 4
-El Nogal Milenario. Productos ecológicos a granel en C/ Doctor González Serrano Nº9.

Tres Cantos.

-Tu lado animal. Tienda de productos para tus mascotas, en Avenida de España Nº40.
-Gaia libros. Librería en C/ Bolillero Nº45.


 

jueves, 26 de diciembre de 2019

Seguimiento de la migración de la cigüeña negra.

Como en años anteriores, en este 2019 también realizamos el seguimiento de la migración de la cigüeña negra en el monte del Pardo. Ha sido un año extraño. Quizás por la sequía, o quien sabe por qué otros factores, los avistamientos de cigüeñas negras en la mayoría de nuestras visitas desde finales de junio a finales de octubre, han sido inferioriores en el número de individuos detectados.

Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Como siempre, nuestras visitas veraniegas se hacían en las últimas horas de la tarde. En el camino, no faltaban los cernícalos vulgares posados en las torretas, y en alguna ocasión tuvimos la suerte de observar a una hembra sobre una roca.

Hembra de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)

Más mimetizado, el mochuelo descansaba en el murete de su territorio, intentando pasar inadvertido con su plumaje críptico, simulando los claroscuros de las rocas.

Mochuelo (Athene noctua)

En nuestras idas y venidas, disfrutamos de la presencia efímera de aves migratorias como tarabillas norteñas y collalbas grises.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Común durante todo el año, las sedentarias tarabillas comunes, nos observaban en nuestro paso desde sus perchas preferidas.

Macho de tarabilla común (Saxicola torquata)

En los zarzales no faltaban grupos de gorrión común, gorrión moruno y trigueros.

Triguero (Miliaria calandra)

En bastantes ocasiones pudimos ver al águila culebrera tanto en vuelo como posadas en diferentes torretas. Algunos de los días llegamos a contabilizar hasta 3 individuos diferentes.

Águila culebrera (Circaetus gallicus)

Águila culebrera (Circaetus gallicus)

Ha resultado un verano tormentoso. A la escasez generalizada de cigüeñas negras la mayoría de los días, se ha sumado un par de ellos en los que hemos detectado un buen número. El 17 de septiembre, un grupo de 18 individuos desciende y se une a 6 individuos detectados con anterioridad, sumando un total de 24 cigüeñas negras. Se levanta fuerte viento de tormenta y comienza a llover. 45 minutos más tarde no vemos ninguna, lo que nos hace sospechar que han abandonado el Pardo hacia el Sur.

Concentración de cigüeñas negras

El 20 de septiembre, no detectamos la presencia de ningún individuo. A las 19:35h vemos como comienzan a descolgarse del cielo un total de 53 cigüeñas negras, en lo que parece ser el mayor registro en la Comunidad de Madrid. Se posan, beben, descansan, algunas remontan el río alimentándose y a las 20:20h emprenden al unísono vuelo hacia el sur. Como en la anterior ocasión, el día está gris y caen chubascos.

Águila imperial (Aquila adalberti)

Pero nuestras jornadas de seguimiento de la cigüeña negra, dan para mucho. Además de buitres leonados y negros, es habitual observar al águila imperial posada en las grandes torretas. Mucho menos común es descubrirla posada en un enebro o en vuelo más o menos cercano. Ambas situaciones se nos presentaron este año.

Águila imperial (Aquila adalberti)

Fuimos testigos del paso migratorio de los últimos vencejos,abejarucos y alcaudones comunes.

Joven de alcaudón común (Lanius senator)

En las ruinas de la caseta nos visitaron el roquero solitario y el gorrión chillón.

Gorrión chillón (Petronia petronia)

Y en la oscuridad de la noche, a nuestro regreso, hubo algunas jornadas en las que sorprendimos al chotacabras pardo.

Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis)

Qué más podemos pedir?

domingo, 20 de agosto de 2017

Golondrina dáurica y más.

La verdad es que hemos comenzado las vacaciones con muchas ganas de ver pajaritos. Lo bueno de Colmenar, es que no hay que irse muy lejos para hacerlo. Hace unos dias nos dimos una vuelta por el parque lineal del arroyo del Espino. Además de los habituales mirlos, jilgueros, verdecillos y verderones, típicos de cualquier parquecito, este tiene mucho más. Ya teniamos controlado un nido de golondrina dáurica, y aprovechamos la ocasión para ir a visitarlo. La golondrina dáurica es la prima campera de la golondrina común.
Golondrina dáurica (Hirundo daurica). Foto: Enrique Pérez.
Se diferencian porque la dáurica tiene un obispillo y nuca anaranjado (totalmente negro en la golondrina común) y la garganta es blancuzca anaranjada (roja en la golondrina común).

Golondrina dáurica (Hirundo daurica). Foto: Enrique Pérez.
Al contrario que su pariente, prefiere no acercarse mucho a las construcciones humanas y prefiere anidar debajo de puentes. En este caso el nido contaba con pollos a punto de volar, pero pudimos disfrutar un buen rato con las idas y venidas de los adultos con cebas.

Ceba en nido de golondrina dáurica (Hirundo daurica).
Pero como hemos dicho este parque es diferente. Conserva la vegetación originaria del arroyo, con zarzas, sauces y  saúcos  lo que hace que funcione como pasillo verde de aves en migración, donde encuentran refugio y alimento. Tal es el caso de la curruca zarcera, que se alimenta de las zarzamoras con gran devoción.

Curruca zarcera (Sylvia communis). Foto: Enrique Pérez.
También los jóvenes alcaudones comunes se dejan ver en este parque buscando su alimentación diaria y un punto de agua donde beber y bañarse.

Juvenil de alcaudón común (Lanius senator). Foto: Enrique Pérez
Encontramos un par de palomas torcaces que se estaban pegando un buen festín de frutos de saúco, lo que nos permitió observarlas y fotografiarlas desde bastante cerca.

Paloma torcaz (Columba palumbus)
Ya vimos el primer petirrojo y sorprendimos a un pico menor que se perdió arroyo abajo

miércoles, 16 de agosto de 2017

Migración en el Pardo.

Continuamos haciendo el seguimiento de las migraciones y las concentraciones pre migratorias de varias especies de aves en el monte del Pardo, poniendo especial interés en la cigüeña negra. Durante el mes de Julio, hemos realizado visitas los dias 3, 9, 14, 21 y 30, contabilizando 14, 10, 14, 16 y 10 cigüeñas negras respectivamente. Con otros ornitólogos abrimos un interesante debate sobre si se trata de migración o concentraciones pre migratorias. Si bien, la migración por el estrecho de Gibraltar se produce durante el mes de septiembre, cierto es que las cigüeñas negras del monte del Pardo se van renovando y no son las mismas. Esto lo hemos podido comprobar con algunos individuos anillados y con la observación, in situ, del abandono hacia el Sur y de la llegada, desde el norte, de varios individuos.

Cigüeña negra (Ciconia nigra). Foto: Arsenio González.
Las que durante el mes de Julio se concentran a centenares, son sus congéneres más urbanitas, las cigüeñas blancas. A mediados de agosto ya no quedará prácticamente ninguna por los alrededores.

Concentración de cigüeñas blancas (Ciconia ciconia)
Entre mirada y mirada al embalse, de vez en cuando, posa delante de nosotros algún alcaudón común, que ya comienzan a ir abanzando hacia el Sur, con unas migraciones menos notorias, ya que no viajan en grupos numerosos.

Alcaudón común (Lanius senator)
Y el abejaruco nos obsequia con su reclamo y su espectacular colorido. Algunos de ellos, también están viajando ya en Julio hacia África.
Abejaruco (Merops apiaster). Foto: Arsenio González.
Fiel a su cita, el águila culebrera nos deleita con su majestuoso vuelo por delante de nuestro mrador, un día sí y otro también.
Águila culebrera (Circaetus gallicus)
Al igual que los buitres leonados, que en muchas ocasiones, utilizan las corrientes que suben por la ladera del cerro Marmota para ascender en sigiloso planeo.
Buitre leonado (Gyps fulvus)

jueves, 6 de julio de 2017

Dehesa de Navalvillar 4-5/Julio 2017

Esta semana hemos hecho un par de visitas a la dehesa de Navalvillar con el fin de ir ultimando la recogida de datos para la publicación, a finales de año, de una guía sobre aves de la dehesa. Hicimos dos salidas, una al aterdecer del día 4 y otra al amanecer del día 5. La del atardecer, con el objetivo de detectar rapaces y aves nocturnas, y ambas para evitar el calor de las horas centrales del día. La visita del atardecer fue muy productiva. Además de disfrutar de zorros, corzos y bastantes rapaces diurnas, completamos el objetivo detectando autillo, mochuelo y alcaraván escuchando sus reclamos y observando al chotacabras pardo y al búho real en lo alto del roquedo recortando la silueta con el cielo en las últimas luces del día.
Al día siguiente estabamos de nuevo allí desde primera hora. Los alcaudones comunes con sus juveniles son los más ruidosos y visibles, contándose por decenas.

Alcaudón común joven (Lanius senator)

Llamativo fue también descubrir a un joven de críalo reclamando y persiguiendo continuamente a sus padres adoptivos, las urracas. El críalo es un ave parásita de la urraca. Coloca un huevo en el nido y sin darse cuenta, las urracas lo crían como suyo. Curioso, ya que a las urracas, se las tiene como a una de las aves más inteligentes del planeta.

Urraca-Críalo (Pica pica-Clamator glandarius)

El estío veraniego hace que los pajarillos no estén tan activos y lo que más se escuchan son jóvenes reclamando comida y emitiendo señales de alarma. En una de las ocasiones que detectamos un mirlo con su típica señal de alarma, logramos localizarle en vuelo bajo por el cauce del arroyo Tejada, perseguido por un adulto de alcaudón real, que aunque son prácticamente del mismo tamaño, parecía tener una intención clara de darle caza. La naturaleza no deja de sorprendernos. Y para sorpresa, el descubrimiento de un ave grande negra, posada relativamente cerquita de nuestra posición. Buitre negro fue nuestra primera impresión. Al poner los prismáticos alucinábamos, !!!!es la imperial¡¡¡. La pillamos por la espalda y distraída, lo que nos dió unos pocos segundos para desenfundar la cámara e inmortalizar el momento.

Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti). Foto: Eduardo Ramírez.

Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti).
Un poco más adelante, tuvimos también la suerte de toparnos con un buitre negro que también posó para nosotros varios segundos antes de emprender el vuelo.
Buitre negro (Aegypius monachus). Foto Eduardo Ramírez.
Para finalizar, disfrutamos de las garcillas bueyeras persiguiendo al ganado y alimentándose de los insectos que salen a su paso. Esa milenaria relación es la que le da el apellido a su nombre.

Garcilla bueyera (Bubulcus ibis)

martes, 4 de julio de 2017

Cigüeñas negras.

Un año más, hemos iniciado el seguimiento de la migración post-nupcial de cigüeña negra en el Pardo. En esta ocasión comenzamos por la mañana temprano, y descubrimos un nutrido grupo de cigüeñas blancas y negras en un pequeño meandro del río Manzanares en el interior del monte.

Cigüeñas negras y blancas

En total 14 cigüeñas negras, cifra ostensiblemente mayor a años anteriores por estas fechas. La tranquilidad que obtienen en este paraje, además del hábitat que les es muy propicio, hace que sea un sitio de paso migratorio y sedimentación, utilizado por la especie a lo largo de los años.

Cigüeña negra (Ciconia nigra)
Garzas reales y garcetas comunes se distribuían por el río, además de algunas cigüeñuelas, tarro blanco y canelo, gaviotas reidoras y un juvenil de martinete.
En la zona cercana a nuestro observatorio, volaban algunas golondrinas dáuricas y aviones roqueros, y en el matorral cercano curruca rabilarga, carrasqueña, cabecinegra, abejarucos y alcaudones comunes.

Alcaudón común (Lanius senator)

Antes de que empezara a apretar el calor y después de haber hecho el conteo de cigüeñas nos retirábamos, con la suerte de descubrir a un águila culebrera posada en una de las torretas.

Águila culebrera (Circaetus gallicus)

La desconfianza y el miedo acumulado hacia el ser humano, hizo que emprendiera vuelo, lo que nos permitió inmortalizar su espectacular silueta en el cielo.

Águila culebrera (Circaetus gallicus)

martes, 27 de septiembre de 2016

Dehesa de Navalvillar

El penúltimo día del verano de 2016, por calendario, que no por temperaturas y ambiente, nos fuimos de nuevo a la dehesa de Navalvillar. Realizamos nuestro recorrido habitual junto al cauce seco del arroyo Tejada. Mucho papamoscas cerrojillo y colirrojo real, que están ahora en sus picos de migración. Algún ruiseñor bastardo cantando entre los arbustos y por las copas de los árboles herrerillos y carboneros comunes, además de este bonito papamoscas gris.

Papamoscas gris (Muscicapa striata). Foto: Arsenio González

En las ramas de un gran fresno se escucha el reclamo de un aguililla calzada, que al poco, emprende vuelo para alejarse. De otro fresno cercano sale una segunda aguililla calzada que opta por posarse en una pequeña encina. Desde las ramas altas no para de reclamar, lo que nos hace interpretar que es un joven del año llamando a los adultos con la esperanza de ser alimentado.

Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus). Foto: Arsenio González

Como sabemos que en estas edades suelen ser bastante confiados, nos acercamos con sigilo y conseguimos unas observaciones cercanas con todo tipo de detalles. Realmente emocionante poder disfrutar tan bien de esta preciosa rapaz.

Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus). Foto: Arsenio González

Los primeros buitres nos sobrevuelan. La mayoría son buitres leonados y entre ellos hay algún buitre negro. Comienzan a verse grupitos de rabilargos y ya han vuelto las chovas piquirrojas, que en esta época del año y durante todo el invierno, utilizan la dehesa para alimentarse de los bichitos que se esconden y alimentan en las boñigas de vaca.
Llegamos al pilón y la zona aledaña encharcada, donde muchas de las aves de la dehesa van a beber y a bañarse. Ahí disfrutamos de pinzones vulgares, verdecillos, verderones, jilgueros, currucas zarceras y capirotadas, mosquitero musical, los primeros petirrojos recién llegados a invernar, un tardío ruiseñor común, una lavandera blanca y algún picogordo.

Picogordo (Coccothraustes coccothraustes). Foto: Arsenio González

Aunque la cosa está muy entretenida, no nos queda más remedio que ir regresando. El camino va amenizado con el bonito canto de las totovías. Varias collalbas grises se mueven por las rocas cercanas al suelo y una de ellas se posa en una zarza junto a una tarabilla norteña. Ambas en plena migración.

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra y collalba gris (Oenanthe oenanthe)

En el cielo, un número importante de golondrinas comunes atiborrándose de insectos, para coger energía para poder afrontar el largo viaje que aún les queda hasta llegar a África.
En otra zarza descubrimos un juvenil de alcaudón común. La mayoría de sus congéneres ya emprendieron viaje hace semanas.

Juvenil de alcaudón común (Lanius senator). Foto: Arsenio González

Todavía queda migración y ahí estaremos para disfrutarla. ¿Cuando pasarán los últimos de cada especie?

jueves, 8 de septiembre de 2016

Verano en la dehesa 1

El intenso calor y la falta de lluvias del verano, convierten al campito en un aparente secarral con poco aliciente para visitarlo. Pero buscando los momentos menos calurosos del día (amanecer, atardecer), siempre hay la oportunidad de poder seguir disfrutando de su fauna.

Dehesa de Navalvillar y Pico San Pedro.

Aunque mucha de nuestra fauna se muestra más esquiva, buscando con aínco las sombras y la protección en la espesura de los árboles y arbustos, hay algunas, que ineludiblemente, por su forma de conseguir el alimento, son fáciles de ver en el cielo.

Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus)

Las aguilillas calzadas se alimentan principalmente de conejos. La forma de cazarlos es localizándolos desde el aire, para posteriormente lanzarse en un vertiginoso picado sobre ellos y capturarles con sus afiladas garras.

Milano real (Milvus milvus)

Con hábitos más carroñeros y oportunistas y menos cazador, el milano real también precisa de vuelos de prospección, que a la vez les hacen más visibles para nosotros.

Juvenil de alcaudón común (Lanius senator)

Destacan en estos días otras aves de color parduzco, que también se dejan ver en las ramas altas y desnudas de algunos arbustos como majuelos y rosales silvestres. Se tratan de los pollos de alcaudón común, que hasta su segundo año, después de una muda completa de todas sus plumas, no adquirirá el plumaje blanco del pecho con su característica cabeza rojiza. A los menos avezados en pájaros, les podría parecer una especie totalmente diferente.

Macho de corzo (Capreolus capreolus)

No es tampoco especialmente difícil encontrar algún corzo pastando, ya que, afortunadamente, es una especie que está expandiendo su area de distribución y que está aumentando su número también en la dehesa.

Conejos (Oryctolagus cuniculus)

Por último, entre la gran cantidad de conejos, encontramos algunos con diferente colorido al habitual, pero morfológicamente y comportamentalmente igual que los silvestres.