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sábado, 4 de abril de 2020

Aves desde casa 1

Desde que el pasado 15 de marzo entró en vigor el estado de alarma por el Coronavirus, una de las actividades que se nos ocurrió a los socios de Anapri, era ir comunicando por whatsapp y en tiempo real, las observaciones de aves que cada uno realizaba desde su ventana, terraza, balcón, azotea o jardín. Con el tiempo, estamos viendo que es una actividad muy entretenida y que cualquiera con un poco de interés, y sabiendo mirar a nuestro alrededor, incluido el espacio aéreo, se puede hacer a la idea con quien compartimos nuestro espacio. Estamos detectando los últimos invernantes, la llegada de las primeras aves en su regreso de África para criar, y aves en paso migratorio. A partir de hoy, vamos a poner en marcha una especie de diario del confinamiento relacionado con la diversidad de fauna que nos rodea, principalmente aves, que son los que tienen una mayor movilidad y aumenta nuestras posibilidades de observarlas. Al final, del que deseamos sea un breve espacio de tiempo, habremos acumulado un buen puñado de conocimientos.
Ya el día 15 de marzo, nuestro compañero Pedro, nos informaba e ilustraba con las aves que podía ver en la zona ajardinada de "Los Residenciales". Entre el césped, descubría a un macho de mirlo capturando una lombriz, uno de sus alimentos preferidos.

Macho de mirlo común (Turdus merula). Foto: Pedro Juan Sanz.

Entre las ramas de uno de los árboles, observaba como un par de machos peleaban y se disputaban el espacio en aras de conseguir un buen territorio para reproducirse.

Machos de mirlo común (Turdus merula). Foto: Pedro Juan Sanz.

Otra de las aves habituales en el entorno urbano es la tórtola turca, que también pudo inmortalizar en uno de los árboles del jardín.

Tórtola turca (Streptopelia decaocto). Foto: Pedro Juan Sanz

La urraca también se ha sabido adaptar a la convivencia con el ser humano en pueblos y ciudades. Aquí la "pilló" con una ramita para la construcción de su inminente nido.

Urraca (Pica pica). Foto:Pedro Juan Sanz

Desde la zona de Santa Ana, cerca de la Basílica, nuestro compi Ricardo, fotografiaba a una de las cigüeñas que crían en la colonia del monumento colmenareño. La presencia de un descampado cercano a su casa, le hace posible ver como esta zancuda baja de vez en cuando a recoger material para el nido o para alimentarse de algún ratoncito, lagartija o algunos insectos.

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia). Foto Ricardo Rodero.

Por los tejados de cualquier zona del pueblo, es fácil descubrir al "tordo" nombre con el que vulgarmente se conoce a la especie, pero que se trata realmente del estornino negro.
Al mismo tiempo, por La Magdalena, un milano negro sobrevuela el casco urbano.

Estornino negro (Sturnus unicolor). Foto Ricardo Rodero.

El día 16, Ángel nos comunica los avistamientos realizados desde su jardín, en la zona de Prado Rosales, por detrás de la Plaza de Toros.
Dos urracas, una tórtola turca, ocho gorriones, 6 machos y dos hembras, es posible que estén incubando y las hembras permanecen en el nido para mantener la temperatura? Estos días de atrás de temperaturas altas se veían machos y hembras en igual número. También un colirrojo tizón hembra alimentándose con los mosquitos del compost. La última vez que vi al petirrojo por aquí fue el 28/02/2020. Y está nevando...
Samuel desde la zona de Los Arcos, nos informa de una especie no muy común. Un Pico picapinos  (especie de pájaro carpintero), ha pasado volando por la calle. En esta zona del pueblo hay plataneros en la Avenida y zonas ajardinadas con árboles de buen porte.
El día 17, Ricardo desde Santa Ana, nos manda la foto de este macho de mirlo en lo alto de una chimenea. Los mirlos son reproductores tempranos en zonas urbanas, donde se dan temperaturas un poco superiores a las campestres de alrededor y encuentran suficiente alimento en los parques y jardines de la localidad. Es muy importante por ello, que en estas zonas verdes, no se utilicen fitosanitarios o se hagan fumigaciones con productos químicos.
Ahora se ven mayoritariamente machos. Muchas de las hembras quizás estén ya en el proceso de puesta de huevos o incubación.

Mirlo común (Turdus merula). Foto: Ricardo Rodero.

Las tórtolas turcas se dejan ver bien. Utilizan las antenas para posarse y cantar para atraer a las hembras y vigilar su territorio.

Tórtola turca (Streptopelia decaocto). Foto: Ricardo Rodero.

También Ricardo descubrió a un verderón en uno de los árboles cercanos. Se da la circunstancia, que el verderón es una de esas especies de aves que se han adaptado tan bien a vivir entre nosotros, que es casi más fácil observarlos en zonas urbanas que en el campo.

Verderón común (Carduelis chloris). Foto: Ricardo Rodero.
En breve, las siguientes páginas de nuestro diario.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Carroñada.

En una de nuestras últimas salidas al campito, mientras disfrutábamos de pajarillos varios y observábamos con pesadumbre que los arroyos siguen sin llevar agua, a lo lejos, en el cielo, divisamos una columna de buitres que iba descendiendo, síntoma inequívoco de que había algún cadáver. Raudos cogimos el vehículo y nos acercamos al lugar. Al llegar, el festín estaba servido. Unos 50 buitres leonados y un par de buitres negros se arremolinaban en torno a una cabra muerta.

Buitres leonados y negro
Los sonidos amenazantes y las peleas son constantes, de ello depende conseguir algo de la escasa comida a repartir.

Carroñada
Los aproximadamente cuarenta kilos que puede pesar una cabra no les duró ni media hora, momento en el que algunos de los buitres ya se retiraban.

Buitres leonados(Gyps fulvus)
La llegada de uno de los mastines de la finca, animó a que los menos valientes fueran despegando.

Perro Mastín
Solo los más hambrientos aguantaron un poco más, pero enseguida salieron volando posándose en las cercanías, para sin duda, volver a la carroña cuando el peligro se alejara.

Carroñada

Después del paso del mastín, llegó el momento esperado por las urracas. Si bien, son las primeras en percatarse de la presencia de los cadáveres, necesitan de la llegada de los buitres, para al final poder aprovechar los pequeños trozos que quedan esparcidos por el suelo o para "arrebañar" las escasas briznas de carne que quedan pegadas a la piel o a los huesos del animal muerto.

Urracas (Pica pica)

domingo, 18 de diciembre de 2016

Dehesa de Navalvillar.

La semana pasada realizamos otro de nuestros recorridos con el fin de seguir recopilando datos sobre fauna de la dehesa de Navalvillar. Una de las primeras mañanas otoñales en las que el frío mañanero empieza a ser acusado. Comenzamos el recorrido viendo un grupito de trigueros y escuchando cetia ruiseñor y curruca cabecinegra cerca del caudaloso arroyo Tejada. Como tantas otras mañanas otoñales, observamos el paso continuo de gaviotas y milanos reales hacia el cercano vertedero. En lo alto de un enebro, una solitaria corneja emite su reclamo, mientras entre la vegetación arbustiva de la orilla del arroyo, se dejan ver levemente, un reyezuelo listado y un chochín. En lo alto de las ramas desnudas de un fresno se mueve un carbonero común, uno de los páridos habituales de la dehesa colmenareña.

Carbonero común (Parus Major)

No faltan sus parientes los herrerillos comunes y los agateadores, que nos tienen entretenidos un buen rato viendo sus acrobacias y el continuo registro de cualquier grieta de la corteza de los árboles que hacen estos últimos.
Con el continuo reclamo de los petirrojos, seguimos nuestra ruta hacia el norte de la dehesa. Un zorro huye a la carrera, mientras zorzales comunes y mirlos se esconden rápidamente entre la vegetación. Un andarríos grande delata su presencia con su señal de alarma y vuela para alejarse de nuestra presencia. Lo mismo hace una Chocha perdiz. En este caso, una observación muy interesante, ya que en la dehesa es muy muy rara de ver. De hecho en todos los años que llevamos recorriéndola, es la segunda vez que la vemos. Eso sí, fugazmente, sin poderla disfrutar en exceso.
Un par de cuervos vuelan y se posan en las ramas de un roble y poco después despegan de un fresno un par de milanos reales.

Cuervos (Corvus corax)

Esto sólo puede significar una cosa: tiene que haber una carroña cerca. Efectivamente al continuar descubrimos el cadáver de una vaca. Ya había tenido la visita de los buitres. Aún así, todavía quedaba carne, que al alejarnos, aprovecharon las urracas.

Urracas (Pica pica)

Ascendemos al Cancho el Escorial y nos sentamos para observar desde un punto privilegiado la grandeza de nuestra dehesa. Descubrimos un ratonero en lo alto de una encina y un gavilán asciende en vuelo bajo para posarse en un árbol y seguir su camino rápidamente. En el camino de vuelta se dejan ver los primeros buitres leonados y algún buitre negro.

Buitre negro (Aegypius monachus)

Descubrimos también totovías y cogujadas, además de bisbitas comunes y escuchamos los reclamos agudos de varios acentores comunes. Nada que ver con los sonoros graznidos de las chovas piquirrojas que se mueven por el suelo junto al ganado.

Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)

Para terminar, estas mismas chovas piquirrojas nos dejaron una curiosa estampa, volando en el mismo plano con las torres de Madrid que emergían por encima de las nubes.


martes, 13 de septiembre de 2016

Verano en la dehesa 2

Como todo el mundo sabe, el verano se caracteriza por la falta de lluvias y la escasez de agua, secándose charcas y arroyos. Estas circustancias hacen que los puntos de agua predecibles y seguros sean los abrevaderos preparados para el ganado. En estos lugares, la concentración y el avistamiento de fauna está asegurado.
Todas las aves de la zona lo visitarán en uno u otro momento del día, con una prioridad vital, que es beber, y una segunda menos vital, pero igual de importante, que es darse baños para mantener su plumaje en perfecto estado.

Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)

En una mañana, se pueden observar más de 20 especies diferentes, sin apenas esfuerzo y con paciencia. Acoplados a la sombra de algún fresno, zarza o cualquier otro arbusto o árbol, a una distancia correcta y prudencial, y con el necesario apoyo de unos prismáticos, se podrá disfrutar enormemente de toda la fauna que va a desfilar delante de nosotros.
Desde los más comunes como gorriones, verdecillos, verderones, jilgueros, pinzones, hasta otros menos numerosos como el picogordo, en la foto de arriba.
También hay hueco para las sorpresas. El final del verano coincide con la migración de las aves, momento en el que cualquier pajarillo, ausente de estos parajes durante todo el año, puede hacer acto de presencia. En este caso, encontramos un escribano hortelano, ave típica de montaña. En el cercano Pico de San Pedro es un ave reproductora.

Escribano hortelano (Emberiza hortulana)

Pero como ya hemos comentado, cualquier animal necesita el agua para vivir, por lo que no es difícil sorprender también a algunos mamíferos como el zorro. Un par de juveniles, probablemente hermanos, se acercaron en este día a saciar su sed.

Zorro (Vulpes vulpes)

Aunque de carácter bastante asustadizo, quizás por ser una especie cinegética perseguida durante muchos años por el ser humano y sus escopetas, motivo que la ha llevado a un precario estado de conservación, habiéndose reducido enormemente sus poblaciones, un par de tórtolas muy recelosas y desconfiadas, también bajaron a beber del pilón.

Tórtola europea (Streptopelia turtur)

Por allí pasaron también carriceros comunes, mosquiteros musicales, papamoscas cerrojillo, papamoscas gris, colirrojos reales y esta urraca de impresionante colorido. Aparentemente blancas y negras, las urracas tienen unas irisaciones verdes y azules metalizadas que resultan muy visibles y guapísimas cuando el sol las ilumina.

Urraca (Pica pica)

Por último, delante de mí desfilaron todas las currucas. Rabilarga, cabecinegra, tomillera, mosquitera, zarcera, capirotada y mirlona.

Curruca mirlona (Sylvia hortensis)

Todo un placer disfrutar de toda esta fauna en su quehacer diario, sin apenas esfuerzo, en, no me canso de decirlo, un paraje tan privilegiado como la dehesa de Navalvillar.