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lunes, 9 de octubre de 2017

Delta del Ebro. Septiembre 2017-6

Nuestras visitas a la reserva de Riet Vell, gestionada por Seo/Birdlife, eran casi diarias,al amanecer y al atardecer. Teníamos especial interés en ver a un grupo de flamencos de más de un millar, que vimos varias mañanas en vuelo.

Flamencos (Phoenicopterus ruber)
Una de las últimas mañanas estábamos en el lugar adecuado y en el momento preciso, y pudimos observar al bando de flamencos volando por encima del observatorio, para finalmente posarse en el agua. Todo un espectáculo.

Flamencos (Phoenicopterus ruber)
Las horas en este observatorio siempre son productivas. De vez en cuando, algunas aves nos sorprendían acercándose más de lo que hubiesemos soñado, como nos ocurrió con este espectacular calamón común.

Calamón (Porphyrio porphyrio)
Aunque ya le habíamos visto en varias ocasiones pasar volando para posarse enseguida en el tupido carrizal, una de las veces, este tardío macho de avetorillo (la mayoría ya han partido para África), decidió exhibirse a escasos metros del observatorio, para disfrute de los allí presentes.

Avetorillo (Ixobrychus minutus)
No faltaban las abundantes garcillas cangrejeras, que casi por doquier, aparecían en nuestros focos y visores con gran asiduidad.

Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)
Tampoco faltó la imagen comparativa de tamaños de una garceta grande y una garceta común que posaron juntas en la misma rama.

Garcetas común y grande.

sábado, 7 de octubre de 2017

Delta del Ebro. Septiembre 2017-5

El día que nos dispusimos a conocer el Hemidelta norte amaneció cubierto de nubes y con viento. Cruzamos el río Ebro por un puente entre Sant Jaume d´Enveja y Deltebre, donde antaño existía un pequeño transbordador donde se podían cruzar los vehículos. En nuestro camino, como siempre, mirábamos los arrozales colindantes a la carretera. Paramos en unas parcelas encharcadas con gran presencia de aves. Muchas golondrinas y aviones zapadores volando de un lado a otro, varias limícolas como andarríos grande, bastardo, archibebe claro y combatientes. Grupos de moritos introducían sus picos en el fango en busca de cangrejos, mientras algún charrán común, charrancito y fumarel cariblanco volaban por encima. Entre todos ellos descubrimos una avefría.

Avefría (Vanellus vanellus)
En algunas parcelas estaban trabajando algunas máquinas en el tradicional fangueo donde remueven el fango aplastando y enterrando los restos de la planta de arroz que quedan tras la siega. En esos momentos se concentran junto a las máquinas gran cantidad de aves, especialmente gaviotas.


Llegamos a la playa de la Marquesa y comenzamos a andar hacia el Faro de la Punta de El Fangar. Enseguida nos dimos cuenta que no iba a ser muy productivo, ya que era fin de semana y había mucha gente paseando, así que desistimos rápido y nos dirigimos hacia la playa del Goleró. Al aparcar, en la misma orilla había un grupito de agujas colipintas y un chorlitejo gris que se dejó ver bien.

Chorlito gris (Pluvialis squatarola)
Continuamos recorriendo la orilla, disfrutando de la vista de la bahía interior del Fangar. No tuvimos suerte con el águila pescadora, pero sí vimos pagaza piquirroja, flamencos, cormoranes y varias garcetas grandes.

Garceta grande (Casmerodius albus)
En un pequeño recodo, protegidos del viento, que cada vez empezaba a ser más fuerte, encontramos un buen grupo de aves. Correlimos comunes, chorlito gris, aguja colipinta y gaviota picofina.

Aguja colipinta, chorlito gris y gaviota picofina.
Vimos al martín pescador cernirse e irse volando por uno de los canales y cerca un par de charranes patinegros con otra gaviota picofina.

Charrán patinegro (Sterna sandvicensis) y gaviota picofina (Larus genei).
Como el día estaba feucho y comenzó a llover, decidimos hacer uso de la gastronomía local y comimos tranquilamente varias paellas con sosegada tertulia, para finalmente ir a conocer la desembocadura del Ebro y acercarnos a la laguna de el Garxal. Con esto pusimos fin a nuestro penúltimo día de nuestra estancia en el Delta.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Delta del Ebro. Septiembre 2017-2.

A lo lejos, siempre cerca de los carrizos donde encuentran alimento y protección, un par de calamones se desplazaban elegantemente con su bonito color añil.

Calamones (Porphyrio porphyrio)
Más cerca, una de las frágiles cigüeñuelas, decidió brindarnos unos cercanos minutos de observación.

Cigüeñuela (Himantopus himantopus)
Entre las ardeidas, la más abundante sin duda, era la garceta común, que se contaba por centenares.

Garceta común (Egretta garcetta)
Un par de representantes de la enorme garceta grande, también deambulaban por la laguna.

Garceta grande (Casmerodius albus)
En unos tarays en una islita del centro, una veintena de moritos descansaba con la protección que les proporciona el agua.

Moritos (Plegadis falcinellus)
Y un par de flamencos jóvenes y poco asustadizos, se acercaban al observatorio. Aunque el colorido no es tan espectacular como el de los adultos, su peculiar pico y forma de alimentarse, nos tuvo entretenidos otro buen rato.
Flamencos (Phoenicopterus ruber).

lunes, 21 de noviembre de 2016

Embalse de Santillana

El lunes pasado estuvimos dando una vuelta por el embalse de Santillana. Como tantas otras veces, lo primero que descubrimos fue un buen grupito de tarros canelos alimentándose en una finca con ganado. Al mirar con los prismáticos podemos contabilizar 14 tarros canelos y dos gansos del Nilo. Entre los tarros canelos, descubrimos un individuo con la cara muy blanca y el capirote grisaceo. Se trata de una especie diferente, es una hembra de Tarro del Cabo (Tadorna cana). Especie africana, que al igual que las dos anteriores, parecen haber llegado al embalse procedentes de escapes de colecciones privadas de anátidas. No es la primera vez que la vemos por aquí, pero es mucho menos frecuente que las otras dos.

Tarro canelo (Tadorna ferruginea) y Tarro del Cabo (Tadorna cana). Foto: Arsenio

Las miles de gaviotas reidoras y sombrías se desperezan para dirigirse a los vertederos donde se alimentan diariamente. Una única cigüeña blanca en la orilla junto a algún andarríos chico y en la lámina de agua se pueden ver grupitos de ánade azulón, frisos, cercetas comunes y patos cuchara. Entre los árboles y arbustos, nos acompañan los ya abundantes petirrojos invernantes.

Petirrojo (Erithacus rubecula). Foto: Arsenio

Algunas fochas lejanas se alimentan cerca de la orilla. No muy lejos, los somormujos lavanco realizan sus inmersiones en busca de peces y un grupito de cuatro zampullines comunes hacen lo propio.
Del encinar emprenden vuelo tres grullas. Procedentes del norte de Europa, vienen a España a pasar el invierno combinando zonas húmedas con encinares donde consiguen una buena fuente de alimento ingiriendo gran cantidad de bellotas. El embalse no es una zona de invernada, pero sí es utilizado casi todos los años por algunos individuos para descansar alguna noche y emprender viaje hacia tierras extremeñas posteriormente. En este caso, había un adulto con dos juveniles, probablemente sus pollos. En sus viajes, suele ir la familia unida.

Crulla (Grus grus). Foto: Arsenio

En las praderitas descubrimos banditos de pardillos, algunas veces mezclados con bisbitas pratenses. En las orillas muchas lavanderas blancas, un andarríos grande, dos bisbitas alpinos y también sorprendimos a un par de milanos reales. Al acercarnos sale también una hembra de aguilucho lagunero y en el suelo descubrimos una gaviota reidora de la que se estaban alimentando.

Milano real (Milvus milvus). Foto: Arsenio

Hasta cinco abubillas descubrimos en el recorrido. Podrían ser migradoras tardías, aunque cada vez más, algunas de ellas se quedan a pasar el invierno entre nosotros. Sonoros bandos de grajillas y el graznar de algunas cornejas nos delatan su presencia. Al mismo tiempo, algunos cormoranes grandes cruzan volando a ras del agua y el aflautado reclamo de dos archibebe claro nos hace descubrirles en vuelo y seguirles hasta posarse en la otra orilla, donde también hay varias garcetas comunes y una garceta grande.

Garceta grande (Casmerodius albus) . Foto: Arsenio

Ya terminando la ruta, nos despide una garza real muy confiada y entre los arbolillos algunos carboneros, herrerillos comunes, un chochín y algún agateador común.

Garza real (Ardea cinerea). Foto: Arsenio

Como siempre una mañana muy agradable, en muy buena compañía y con buen número de especies pajariles observadas.

martes, 12 de julio de 2016

Garcillas en Guadalix.

La semana pasada nos dimos una vuelta por el embalse de Guadalix de la Sierra. El objetivo principal era observar un hecho, hasta la fecha, inédito. Las especiales condiciones de lluvias primaverales que han sido abundantes y persistentes en el tiempo, han provocado que por primera vez se haya formado una colonia de cría de garcilla bueyera en el embalse.

Observando la colonia

No es nada fácil censar cuantas parejas pueden estar criando, pero podrían pasar de 100. Entre la maraña de ramaje de los sauces, se consigue ver el blanco plumaje de las garcillas y presumir la presencia de los nidos.


En algunas zonas un poco más despejadas, conseguimos ver algunos individuos tumbados incubando o dando protección a los polluelos.

Nido de garcilla bueyera

Observamos con preocupación la evolución de la colonia y charlamos sobre la posible viabilidad de la misma, ya que el calor veraniego va haciendo que el agua que rodea a los sauces se vaya retirando a pasos agigantados y el acceso a la colonia de depredadores como jabalíes y zorros sea cada vez más fácil. Aunque más preocupación nos causan animales domésticos como perros y gatos y sobre todo los de dos patas, que desgraciadamente todavía existen unos pocos.

Cigüeñuela (Himantopus himantopus)

Además de las garcillas bueyeras, estuvimos entretenidos con las cigüeñuelas, que no paraban de reclamar. Algunos jóvenes no paraban de perseguir a sus progenitores en busca de una ceba. Aunque había bastante focha y somormujo, parece que el éxito reproductor no ha sido muy grande, ya que realmente encontramos pocos pollos. Muy divertido e interesante fue observar a a los somormujos transportando a algún pollito en su espalda y desembarcando de vez en cuando para ser alimentados con total delicadeza por sus padres.


Los movimientos migratorios ya empiezan a estar patentes. Una quincena de gaviotas reidoras, andarríos chico, un grupo de 12 andarríos grande, los primeros cormoranes y una garceta grande nos dan la pista de que ya hay que estar muy atento, porque en la migración el número de especies visibles se dispara.

Garceta grande (Casmerodius albus)