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martes, 30 de enero de 2018

Sapo partero ibérico.

Las últimas tardes suaves y templadas de enero, las hemos aprovechado para salir a escuchar rapaces nocturnas. Para poder diferenciar el canto del autillo con el del sapo partero, utilizamos también alguna jornada para buscar a este pequeño anfibio.

Faisán común (Phasianus colchicus). Foto: Arsenio González.
En el trayecto de una de esas tardes, nos topamos con este precioso macho de faisán común junto al camino. No es una especie que viva de manera natural en nuestros campos. Su presencia se debe a escape de alguna granja donde se tienen en colecciones para disfrutar de su belleza, o son producto de sueltas en cotos de caza como especie cinegética.

Faisán común (Phasianus colchicus). Foto: Arsenio González.
En las choperas cercanas a nuestro destino, escuchamos a varios pájaros carpinteros. Pitos reales y pico picapinos andaban por la zona. La ausencia de hojas en esta época del año, nos posibilitó descubrir en lo alto de las ramas a uno de ellos.

Pico picapinos (Dendrocopos major)
Una vez que cayó la noche, comenzamos a escuchar el reclamo de los sapos parteros ibéricos. 4 o 5 individuos cantaban en unos pocos metros cuadrados y nos pusimos a buscarlos con sumo cuidado.

Viendo al sapo. Foto: Eduardo Ramírez.
Entre la vegetación de ribera compuesta por juncos y hojarasca, localizamos a uno de ellos.

Sapo partero ibérico (Alytes cisternasii)
Muy emocionante poder descubrir a estos pequeños sapillos de no más de 3 centímetros y medio.

Sapo partero ibérico (Alytes cisternasii). Foto: Eduardo Ramírez.
Alguna foto y enseguida dejamos que la naturaleza siguiera su curso sin más interrupciones.

domingo, 16 de abril de 2017

Arroyo del Espino-El Pozanco

El sábado, después de censar los cernícalos primillas de la Basílica de Colmenar Viejo, un grupo de compañeros de Anapri, nos acercamos a la zona del Pozanco. Avisados por nuestro compañero Ángel, acudimos a intentar ver al torcecuellos que llevaba varios días cantando en la zona. Al poco de llegar, conseguimos escuchar el insistente y repetitivo reclamo. Aunque suele ser bastante esquivo, tuvimos la suerte de sorprenderle en lo alto de las ramas secas de un chopo.

Torcecuellos (Jynx torquilla)

Ajeno a los prismáticos que teníamos clavados en su figura, el torcecuellos nos deleitó con su canto y su presencia durante unos 10 minutos.

Torcecuellos (Jynx torquilla)

Lo curioso de la observación, es el lugar donde se hizo: en el arroyo del Espino, encajonado entre urbanizaciones nuevas y un carril bici.
Afortunadamente, de momento, han preservado el sotobosque y los chopos originarios del arroyo.


Allí, además del magnífico torcecuellos, escuchamos y vimos ruiseñor común, ruiseñor bastardo, curruca capirotada, curruca cabecinegra, curruca carrasqueña y pájaro moscón.
También apareció en escena con su tamborileo un individuo de pico picapinos.

Pico picapinos (Dendrocopos major)

Después de dar una vuelta a la manzana, donde vimos herrerillo, triguero, tarabilla común, buitrón y una cigüeña comiéndose una culebra, regresamos de nuevo al arroyo del Espino, pero a la otra orilla. Cual fue nuestra sorpresa, cuando una pareja de golondrinas dáuricas se afanaban en recolectar barro de un pequeño charco para construir su nido.

Golondrina dáurica (Hirundo daurica)

Antes de retirarnos, algún milano negro, milano real y aguililla calzada, nos sobrevolaban, mientras un par de abejarucos se acercaban volando y reclamando, para posarse en un árbol cercano durante unos minutos, para deleite de los presentes.

Abejaruco (Merops apiaster)

La increible biodiversidad de este pequeño parque periurbano, nos hizo fantasear con su declaración como micro parque natural.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Cañada de Tejada.

Esta mañana hemos ido a dar una vuelta por la cañada de Tejada, con el objetivo de recoger semillas de arbustos cuyos frutos son aprovechados por las aves en su alimentación. La idea es hacer un pequeño vivero experimental en la terraza de casa y ver como funciona, para luego hacer pequeñas repoblaciones locales.
Como estábamos en el campito, lógicamente, hemos aprovechado para ver las aves que por ahí pululaban.
Varias han sido las aves migratorias que hemos podido ver. Tarabilla norteña, collalba gris, mosquitero musical, colirrojo real, papamoscas gris y papamoscas cerrojillo.

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)

Curiosa ha sido la observación de un papamoscas cerrojillo comiéndose una baya de Saúco, lo que refuerza la idea de repoblar la ribera del arroyo con arbustos con frutos.

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)


Después de recolectar frutos de saúco, majuelo y escaramujo, he tenido otra observación peculiar. En una zona de chopos, una pareja de pico picapinos, han estado persiguiéndose durante media hora.

Pico picapinos (Dendrocopos major)

Volaban uno detrás de otro emitiéndo reclamos y se iban posando en árboles. Cuando el perseguidor se posaba, de nuevo emprendían vuelo y una nueva persecución. Todo esto eran persecuciones en círculo, de tal manera que desde el mismo sitio en el que yo estaba parado, los veía ir y venir alrededor mío.

Pico picapinos (Dendrocopos major)

La mancha roja de la nuca, nos indica que se trata de un macho. La hembra la tendría negra. También se puede apreciar como las plumas de la cola, rectrices, son especialmente rígidas y les sirve para apoyar en los troncos y poder mantener esa postura vertical.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Jornada de anillamiento en Guadalix.

Hoy hemos estado con nuestros compis del grupo de anillamiento Álula en una de sus jornadas de anillamiento científico, en el seguimiento que hacen todos los años de la migración postnupcial en el embalse de Guadalix. La jornada ha estado muy entretenida. 99 pájaros de 21 especies. Varias destacadas. De las más llamativas por su escasez otros años y por su bonito colorido 3 abejarucos. 2 adultos y un joven de los que hemos podido comprobar las diferencias en su plumaje y en el iris (oscuro en juveniles y rojo en adultos).

Abejaruco adulto (Merops apiaster)

Los verderones han sido los más numerosos. 23 individuos de los que la mayoría eran jóvenes. 17 carriceros comunes han engrosado el segundo puesto en abundancia. Especie reproductora en pequeño número en el embalse, las cifras de hoy nos destacan que la migración en la especie ya está muy activa.

Carricero común  adulto (Acrocephalus scirpaceus)

Muy parecidos a los carriceros, pero con un cuerpo más verdoso, hemos anillado 7 individuos de zarcero común. Esta especie es reproductora en la zona, pero ya se van solapando con individuos migrantes.

Zarcero común (Hippolais polyglotta)

Después, destacable la captura poco común de un carricero tordal, un alcaudón real y un pico picapinos.

Alcaudón real (Lanius meridionalis)

Pico picapinos (Dendrocopos major)

Verdecillos, jilgueros, ruiseñor común y bastardo, lavandera blanca, golondrina, herrerillo y carbonero común, curruca capirotada, cabecinegra, carrasqueña y zarcera, mosquiteros musicales en migración y un bonito buitrón, han completado el listado de especies que han estado presente en esta jornada.

Buitrón (Cisticola juncidis)

El buen número de niños que había también ha servido para realizar una jornada de educación ambiental y para explicar la labor importante del anillamiento científico como herramienta de conocimiento de la naturaleza cambiante que nos rodea.

domingo, 27 de abril de 2014

El tamborileo del Pico picapinos.

El tamborileo, es el nombre que se da a la forma de comunicarse de los pájaros carpinteros. Con su robusto pico y sus fuertes músculos, picotean fuertemente en troncos secos, aprovechando la mejor resonancia de estos troncos, para avisar a los de su especie de que el territorio está ocupado.


En la época de celo, son más frecuentes estos tamborileos. Precisamente el grado de concentración en marcar el territorio con ese sonido, nos permitió grabar a este pico picapinos desde relativamente cerca.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Monte de Valdelatas.

Hoy hemos realizado una excursión al cercano monte de Valdelatas. Este monte es una mancha de bosque de encina y pino rodeado de civilización.
Nada más llegar, en los pinos, hemos escuchado y visto algún reyezuelo listado. Hemos continuado la marcha y nos ha llamado la atención, la aparente escasez de aves. Hasta que no hemos llegado a la orilla de un arroyito, no hemos comenzado a ver otros pajarillos. Herrerillo capuchino, herrerillo común, carbonero común, agateador y petirrojo, son las especies que se han dejado ver, además de las abundantes palomas torcaces. Después en los chopos, hemos disfrutado de las mejores observaciones.


Una pareja de Pico picapinos (Dendrocopos major), han posado con relativa tranquilidad, en las ramas más altas. La diferencia de sexo en esta especie, la marca el color del plumaje de la nuca. Estas dos primeras fotos pertenecen a una hembra, con la nuca de color negro.


El macho, sin embargo, luce una nuca de un color rojo brillante. En este caso, el macho se ha ido a picotear la corteza del árbol que le da el nombre, un pino.


En estos mismos chopos, pude observar hace algún año, a su primo el Pito real (Picus viridis). En este caso se trata de una hembra. El macho tendría rojo en la mancha negra de debajo del ojo.


A la vuelta hemos parado en Tres Cantos y allí hemos podido observar la perseverancia de una urraca en expulsar  a una pareja de cernícalos vulgares posados en una torreta y después en perseguir y expulsar a un milano real que pasaba volando por allí.
Por último, como nos sobraban algunos minutos antes de comer, nos hemos acercado al vertedero de Colmenar, donde además de disfrutar con los vuelos de miles de gaviotas, hemos podido descubrir un milano negro posado en un chopo junto a veintitantos milanos reales.
Y así hemos concluido la jornada.

martes, 14 de octubre de 2008

Pico picapinos (Dendrocopos major).

Siguiendo con nuestras entradas dedicadas a los pájaros carpinteros de la Comunidad de Madrid, vamos a continuar con el segundo más común y que sigue en tamaño al Pito Real.
Nos estamos refiriendo al Pico picapinos (Dendrocopos major).
Es un ave de 23 cm de longitud, de color predominantemente blanco y negro y con zonas rojas como el pileo, en los machos, y el bajo vientre e infracoberteras caudales en ambos sexos.
Se distribuye por todo tipo de bosques, también por sotos y parques, pero prefiere pinares de montaña y robledales.
Se alimenta de insectos y en invierno, los piñones pasan a ser una parte muy importante en su dieta.


La forma que tienen de comunicarse es, aparte de la emisión de un pequeño reclamo, mediante el "tamborileo".
El tamborileo consiste en series cortas de picoteos en la madera de los árboles, de unos 12 golpes por segundo, de manera que en el bosque se escucha como si estuvieran tocando un tambor.


Pués bien, como dato curioso, en una ocasión, pude observar a un individuo realizando el tamborileo en lo alto de una torreta eléctrica. Con el sonido metálico y la resonancia del metal, se oía quizás desde más distancia que si lo hubiese emitido desde un árbol, dejando claro en una mayor superficie, que ese territorio estaba ocupado.