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domingo, 20 de agosto de 2017

Golondrina dáurica y más.

La verdad es que hemos comenzado las vacaciones con muchas ganas de ver pajaritos. Lo bueno de Colmenar, es que no hay que irse muy lejos para hacerlo. Hace unos dias nos dimos una vuelta por el parque lineal del arroyo del Espino. Además de los habituales mirlos, jilgueros, verdecillos y verderones, típicos de cualquier parquecito, este tiene mucho más. Ya teniamos controlado un nido de golondrina dáurica, y aprovechamos la ocasión para ir a visitarlo. La golondrina dáurica es la prima campera de la golondrina común.
Golondrina dáurica (Hirundo daurica). Foto: Enrique Pérez.
Se diferencian porque la dáurica tiene un obispillo y nuca anaranjado (totalmente negro en la golondrina común) y la garganta es blancuzca anaranjada (roja en la golondrina común).

Golondrina dáurica (Hirundo daurica). Foto: Enrique Pérez.
Al contrario que su pariente, prefiere no acercarse mucho a las construcciones humanas y prefiere anidar debajo de puentes. En este caso el nido contaba con pollos a punto de volar, pero pudimos disfrutar un buen rato con las idas y venidas de los adultos con cebas.

Ceba en nido de golondrina dáurica (Hirundo daurica).
Pero como hemos dicho este parque es diferente. Conserva la vegetación originaria del arroyo, con zarzas, sauces y  saúcos  lo que hace que funcione como pasillo verde de aves en migración, donde encuentran refugio y alimento. Tal es el caso de la curruca zarcera, que se alimenta de las zarzamoras con gran devoción.

Curruca zarcera (Sylvia communis). Foto: Enrique Pérez.
También los jóvenes alcaudones comunes se dejan ver en este parque buscando su alimentación diaria y un punto de agua donde beber y bañarse.

Juvenil de alcaudón común (Lanius senator). Foto: Enrique Pérez
Encontramos un par de palomas torcaces que se estaban pegando un buen festín de frutos de saúco, lo que nos permitió observarlas y fotografiarlas desde bastante cerca.

Paloma torcaz (Columba palumbus)
Ya vimos el primer petirrojo y sorprendimos a un pico menor que se perdió arroyo abajo

domingo, 8 de mayo de 2016

Un día por la sierra.

El pasado 2 de mayo, aprovechamos el día festivo para subir a la sierra de Guadarrama. Nuestro objetivo era observar aves serranas. Nos recibieron con sus graznidos cuervos y cornejas y en los prados montanos alguna collalba gris.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe). Foto Arsenio González.

El piornal nos proporcionó un recital de canto de diferentes especies en pleno frenesí reproductor. Los abundantes acentores comunes se dejaban ver perchados en lo alto de algún piorno.

Acentor común (Prunella modularis). Foto Arsenio González.

La alondra común nos deleitó también con sus espectaculares trinos en vuelo y tuvimos también la suerte de poderla observar posada en alguna ramita. Aunque se trata de un ave abundante en la mitad norte peninsular, donde ocupa pastizales, cultivos herbáceos, regadíos, matorrales ralos, etc, en nuestra zona centro, ocupa altos niveles de montaña.

Alondra común (Alauda arvensis) Foto Arsenio González.
Especialmente cantarinas estuvieron también las currucas zarceras que se movían y perseguían constantemente por los matorrales.

Curruca zarcera (Sylvia communis). Foto Arsenio González.

No localizamos ningún escribano hortelano. El que sí se dejó ver fue su pariente el escribano montesino con su preciosa cabeza rayada de negro y gris.

Escribano montesino (Emberiza cia). Foto Arsenio González.

También vimos en vuelo buitres negros, buitres leonados y en un momento dado pasó un adulto de águila imperial. Ya en el bosque de pino, encontramos arrendajos, carbonero garrapinos, herrerillo capuchino, zorzal charlo y algún verderón serrano.
Vimos un grupito de cabras montesas y nos topamos con alguna lagartija roquera, en el caso de la foto, una hembra.

Lagartija roquera (Podarcis mularis). Hembra. Foto Arsenio González.

sábado, 8 de agosto de 2015

Seguimiento de migración postnupcial en Guadalix.

Hoy teníamos prevista una excursión a la población serrana de La Acebeda. Como las previsiones daban lluvia y coincidía que nuestros compañeros del grupo de anillamiento Álula siguen con su labor de estudio de la migración postnupcial de aves en el embalse de Guadalix, decidimos unirnos a ellos. Si en la jornada anterior la nota de color la daban los abejarucos, en esta ocasión han sido los preciosos martines pescadores.

Martín pescador (Alcedo atthis)

Los ruiseñores comunes ya están comenzando con sus movimientos migratorios hacia sus cuarteles de invernada en África.

Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)

El peculiar agateador común también hace ciertos movimientos migratorios, en principio mucho menos largos que otras aves propiamente estivales.

Agateador común (Certhia brachydactyla)

Las currucas zarceras también se empiezan a mover. Si hace quince dias no se cogió ninguna, hoy ya han sido 5 ó 6 lo que indica que la migración en la especie ya está activa.

Curruca zarcera (Sylvia communis)

El broche de oro de la jornada ha sido la captura de un aguilucho lagunero. Esta especie es habitual encontrarla en el embalse principalmente en sus pasos migratorios y algunos como invernantes.

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)

En total han sido 88 aves las estudiadas de 24 especies diferentes.
Aunque cualquier actividad en la naturaleza no es inocua para su fauna y flora, el anillamiento científico en este paraje busca, entre otros objetivos, aumentar su nivel de protección. De ser LIC (Lugar de Interés Comunitario) pasó a ser ZEC (Zona de Especial Conservación). Quien sabe si en breve y gracias a estos estudios, puede subir un escalón en su nivel de protección.