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viernes, 9 de febrero de 2018

Dehesa nevada.

Después de la copiosa nevada del lunes por la noche, el martes decidimos arriesgarnos y dar una vuelta por la dehesa de Navalvillar. El frío de la noche hizo que el camino en algunos lugares estuviera helado, de tal manera, que en una de las rampas que nos acercan al paraje, la furgo fue incapaz de subir, así que decidimos recular y aparcar más abajo de lo planeado. Tras este pequeño contratiempo, nos acercamos andando pisando nieve "virgen", todo un placer, al que desgraciadamente, los últimos inviernos no hemos tenido mucha oportunidad por nuestras tierras.

Dehesa de Navalvillar nevada.
El paisaje nevado de la dehesa es espectacular, totalmente cubierto y blanco. El espesor de la nevada era de unos 10cm en los lugares que menos, llegando hasta 40cm como máximo en otros.
No vimos una gran cantidad de fauna, pero tuvimos la fortuna de avistar tres buitres negros y uno leonado posados, destacando sus figuras desde lejos en contraposición con el blanco suelo.

Buitre leonado y buitres negros
A falta de animales en directo, estuvimos bastante entretenidos con las huellas dejadas en la nieve. Algunos de los rastros nos llevaron a varias liebres. En la huída de una de ellas a la carrera, pudimos medir la longitud de uno de sus saltos marcados en la nieve. Ni más ni menos que 3m.
Otras huellas delataron la presencia de corzos, jabalíes, conejos y ratas o ratones. Quizá alguna de comadreja.

Liebre ibérica (Lepus granatensis)
Los conejos tuvieron que destapar alguna de las entradas de sus madrigueras y se veía el rastro dejado por su deambular en los alrededores.

Conejo (Oryctolagus cuniculus)
Aunque los paisajes son preciosos, los animales se encuentran con ciertas dificultades para encontrar alimento.

Jilguero (Carduelis carduelis)
Así, mirando en las escasas zonas no cubiertas por la nieve, descubrimos algunas aves como el jilguero y un buen bando de gorrión moruno.

Gorriones morunos

domingo, 28 de junio de 2015

Nueva jornada de seguimiento de fauna

Ayer realizamos un nuevo recorrido por la dehesa de Navalvillar anotando toda la fauna que nos salía al paso. Como el calor ya es ciertamente incómodo, nos pegamos un buen madrugón, al final menos de lo previsto, y a las 6:45 ya estabamos en el punto de partida. Las primeras especies en ser detectadas son las cigüeñas en sus recorridos habituales hacia el vertedero y las garcillas bueyeras, que en esta época del año se acercan a la dehesa para aprovechar los saltamontes que saltan al paso del ganado. Muchos conejos y alguna que otra liebre se dejan ver en estos primeros momentos.

Liebre ibérica (Lepus granatensis)

Algunos ánades reales resisten a duras penas en las escasas charquitas que aún quedan en el arroyo Tejada y uno de los pocos abejarucos reproductores posa en una ramita cercana con una abeja en su pico, dieta habitual de la especie además de mariposas y demás bichos voladores.

Abejaruco (Merops apiaster)

La primavera avanzada hace que se vean innumerables juveniles de diferentes especies como ruiseñores comunes, urracas, rabilargos, alcaudones, críalos y cogujadas montesinas.

Juvenil de cogujada montesina (Galerida theklae)

Confirmamos también dos datos de reproducción importantes. Una corza con su corcino, nos corroboró algo que intuíamos, pero que no estaba seguro y una pareja de curruca mirlona ha sacado adelante cinco pollitos. Especie también de la que no se tenían datos de reproducción segura en la dehesa.
Por otro lado, el calor hace que los bonitos lagartos ocelados salgan de sus escondrijos para solearse y nos brindan buenos momentos de observación.

Lagarto ocelado (Lacerta lepida)

Cerca de los nidos, también descubrimos varios pollos volantones de milano negro, dejándose ver muy cerquita, haciendo uso de una confianza excesiva que en poco tiempo cambiará en pos de su supervivencia.

Juvenil de milano negro (Milvus migrans)

El plumaje nuevo, impoluto y moteado, les diferencia de los adultos de la especie.

Juvenil de milano negro (Milvus migrans)

Por último, con un calor sofocante, terminamos la jornada alrededor de las 13:00h con una nueva sorpresa. Un grupo de unos 30 aviones zapadores en migración se alimentaban junto al arroyo Tejada en la zona de aguas de la dehesa.