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martes, 22 de agosto de 2017

Dehesa de Navalvillar.

Seguimos saliendo al campito. Esta vez nos tocaba hacer un recorrido por la dehesa. Las primeras aves que vemos son milanos reales. Un par de ellos se persiguen y hacen piruetas en vuelo dejándonos esta bonita estampa.

Milanos reales. Foto: Enrique Pérez.
A lo lejos, una pareja de jabalíes baja por la ladera con 9 "rayones", al tiempo que un zorro se aleja en dirección contraria. Al rato, le descubrimos impasible sin quitarnos el ojo de encima. Una vez controlados, emprende de nuevo su recorrido de campeo en busca de algún conejo.

Zorro (Vulpes vulpes). Foto: Enrique Pérez.
Ya se nota movimiento de pajarillos migratorios. Mosquitero musical, curruca zarcera, curruca mosquitera, curruca mirlona y los primeros colirrojos reales se mueven inquietos entre los matorrales.

Colrrojo real macho (Phoenicurus phoenicurus)
El reclamo de las aguilillas calzadas suena incesante, probablemente de los pollos del año pidiendo comida a sus progenitores. Pasamos un buen rato viendo y fotografiando a varios individuos, también en su morfo oscuro y aprendiendo a identificarles por sus inconfundibles "luces de aterrizaje".

Aguilillas calzadas. Morfo claro y oscuro. Foto: Enrique Pérez.
Además también tuvimos la suerte de ver a un individuo intermedio. No se estaba dando mal. Para colmo, un macho adulto de alcotán pasa en vuelo rasante, mientras en el cielo, un águila imperial adulta, cruza en dirección contraria.

Aguililla calzada. Morfo intermedio. Foto: Enrique Pérez.
Mucho buitre leonado y negro surcando el aire mientras un corzo cruza a la carrera un claro de la dehesa. Suena el relinchar de un pito real, los jovenes alcaudones comunes abundan posados en sus perchas, una pareja de oropéndolas vuela dirección sur y entre la vegetación, acertamos a descubrir a algún zarcero, un par de papamoscas cerrojillo y algunos papamoscas gris.

Papamoscas gris (Muscicapa striata). Foto: Enrique Pérez.
El calor apretaba y a eso de las 12:00h terminábamos nuestra excursión.

martes, 27 de septiembre de 2016

Dehesa de Navalvillar

El penúltimo día del verano de 2016, por calendario, que no por temperaturas y ambiente, nos fuimos de nuevo a la dehesa de Navalvillar. Realizamos nuestro recorrido habitual junto al cauce seco del arroyo Tejada. Mucho papamoscas cerrojillo y colirrojo real, que están ahora en sus picos de migración. Algún ruiseñor bastardo cantando entre los arbustos y por las copas de los árboles herrerillos y carboneros comunes, además de este bonito papamoscas gris.

Papamoscas gris (Muscicapa striata). Foto: Arsenio González

En las ramas de un gran fresno se escucha el reclamo de un aguililla calzada, que al poco, emprende vuelo para alejarse. De otro fresno cercano sale una segunda aguililla calzada que opta por posarse en una pequeña encina. Desde las ramas altas no para de reclamar, lo que nos hace interpretar que es un joven del año llamando a los adultos con la esperanza de ser alimentado.

Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus). Foto: Arsenio González

Como sabemos que en estas edades suelen ser bastante confiados, nos acercamos con sigilo y conseguimos unas observaciones cercanas con todo tipo de detalles. Realmente emocionante poder disfrutar tan bien de esta preciosa rapaz.

Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus). Foto: Arsenio González

Los primeros buitres nos sobrevuelan. La mayoría son buitres leonados y entre ellos hay algún buitre negro. Comienzan a verse grupitos de rabilargos y ya han vuelto las chovas piquirrojas, que en esta época del año y durante todo el invierno, utilizan la dehesa para alimentarse de los bichitos que se esconden y alimentan en las boñigas de vaca.
Llegamos al pilón y la zona aledaña encharcada, donde muchas de las aves de la dehesa van a beber y a bañarse. Ahí disfrutamos de pinzones vulgares, verdecillos, verderones, jilgueros, currucas zarceras y capirotadas, mosquitero musical, los primeros petirrojos recién llegados a invernar, un tardío ruiseñor común, una lavandera blanca y algún picogordo.

Picogordo (Coccothraustes coccothraustes). Foto: Arsenio González

Aunque la cosa está muy entretenida, no nos queda más remedio que ir regresando. El camino va amenizado con el bonito canto de las totovías. Varias collalbas grises se mueven por las rocas cercanas al suelo y una de ellas se posa en una zarza junto a una tarabilla norteña. Ambas en plena migración.

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra y collalba gris (Oenanthe oenanthe)

En el cielo, un número importante de golondrinas comunes atiborrándose de insectos, para coger energía para poder afrontar el largo viaje que aún les queda hasta llegar a África.
En otra zarza descubrimos un juvenil de alcaudón común. La mayoría de sus congéneres ya emprendieron viaje hace semanas.

Juvenil de alcaudón común (Lanius senator). Foto: Arsenio González

Todavía queda migración y ahí estaremos para disfrutarla. ¿Cuando pasarán los últimos de cada especie?

sábado, 15 de agosto de 2015

Día de imperiales.

Nueva jornada de seguimiento de fauna en la dehesa. A las 7:30h ya estábamos allí. Fresquito, pero a lo largo del día lo agradeceríamos. Una abubilla es el primer ave que se nos cruza. Entre la vegetación escuchamos los reclamos de ruiseñores y mirlos y alguna tórtola emprende vuelo. En el primer claro de vegetación que se abre, los primeros alcaudones comunes, verderones y alguna curruca cabecinegra. Con el rabillo del ojo veo movimiento de una rapaz que vuela en lo alto de la loma entre las encinas. Cuando pongo el telescopio, subidón. Ni más ni menos que un adulto de águila imperial se había posado en una roca, permitiéndome observarla durante varios minutos.

Águila imperial (Aquila adalberti)

Un momento más tarde emprende vuelo y desaparece de mi vista. No han pasado ni 10 minutos y de nuevo aparece volando en la misma zona para posarse ésta vez en lo alto de un pino.
Tras varios minutos, de nuevo emprende vuelo y desaparece.
Como no hay dos sin tres, aparece otra vez en vuelo para posarse esta vez en el suelo a la sombra de uno de los pinos. Allí le observo durante 20 minutos. Al ver que no hay movimiento decido seguir con mi jornada, pensando en el buen comienzo de jornada que había tenido.

Águila imperial (Aquila adalberti)


Probablemente la querencia por esa zona era la abundante presencia de su presa principal, el conejo. En una pequeña superficie, conseguí ver con facilidad un mínimo de 20 individuos.

Conejo (Oryctolagus cuniculus)

Continúo el recorrido y descubro varios buitres posados en el suelo. La experiencia me dice que algún cadáver "anda" cerca. Buscando descubro los restos de un ternero que ya ha sido consumido. No sería el único. Después descubrí otro.
Estamos en época de partos y el régimen de libertad y la poca vigilancia del ganado por parte de los ganaderos, hace que varias vacas y terneros fallezcan en esta época. Las vacas buscan el refugio de la vegetación para parir y si hay problemas en el parto no hay nadie para socorrerlas. De esta manera los buitres consiguen parte de su sustento.
Durante toda la mañana las columnas de buitres se sucedían, contando unos 80 buitres leonados y al menos 12 buitres negros, detectando un buitre leonado marcado procedente de Galve de Sorbe (Guadalajara).

Buitres leonados (Gyps fulvus)

Milanos negros y  milanos reales volaban también y al poco otra sorpresa. Un águila real adulta despegaba desde una roca, no sé si atraída por la carroña o por la abundancia también de conejos.
Entre los pajarillos, abundante movimiento de curruca carrasqueña y buen número de migrantes como mosquitero papialbo, mosquitero musical, curruca mirlona y los primeros colirrojos reales.

Colirrojo real (Phoenicuru phoenicurus)

También había bastantes golondrinas comunes y entre ellas una golondrina dáurica. También comienzan a pasar los primeros papamoscas cerrojillos y grises.

Papamoscas gris (Muscicapa striata)

Unos reclamos me hacen levantar la vista. Sorpresón, un juvenil de águila imperial perseguida y molestada por dos milanos negros. Tras zafarse de la persecución, mayor sorpresa todavía cuando se junta con un segundo juvenil de imperial. Tras ciclear brevemente desaparecen en vuelo directo hacia el sur.
Para finalizar tan emocionante jornada, descubro un desplumadero bajo una encina y al resguardo de unas zarzas. Las plumas pertenecen a un juvenil de azor y entre ellas un plumón de búho real. ¿Habrá sucedido lo que parece?

domingo, 2 de octubre de 2011

¿Qué soy? Soy un papamoscas gris (Muscicapa striata) FOTOIDENTIFICACION Septiembre

El papamoscas gris (Muscicapa striata) se distribuye por todo el paleártico central y occidental.
En Europa, presenta sus mejores poblaciones en Finlandia, Rusia y Bielorrusia.
En España peninsular se distribuye principalmente por la franja mediterránea, la campiña cantábrica arbolada y falta en amplios sectores del interior y escasea en Galicia.
En Madrid está disperso por robledales húmedos de la mitad norte como reproductor. Es un migrador transahariano, y se pueden ver en los pasos migratorios en Abril/Mayo y en Septiembre/Octubre. Este último más marcado.
En Colmenar Viejo no hay citas de reproducción y sólo disfrutamos de ellos en los pasos migratorios. Principalmente en Septiembre/Octubre.