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lunes, 21 de noviembre de 2022

Unos días increíbles.

Unos días increíbles. Así he querido titular esta entrada, que define lo que ornitológicamente ha pasado en los últimos 4 días en Colmenar Viejo, y principalmente, en nuestro querido embalse de Guadalix de la Sierra.
El viernes 18, coincidiendo con el inicio del Biomaratón de otoño, del que somos uno de sus organizadores, a las 10:48h, nuestro compañero Samuel, acompañado de Arsenio, nos daban el notición de que tenían delante un mosquitero bilistado en nuestro "parque natural" Arroyo del Espino, de Colmenar Viejo.

Mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus). Foto: Samuel de la Torre

El mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus) se diferencia de su pariente el común, principalmente por tener una larga y llamativa lista superciliar (ceja), y un par de franjas claras alares que le dan nombre. Su reclamo es ligeramente diferente al del común, lo que, con experiencia, puede hacer que sea un factor importante a la hora de descubrir a este pequeño pajarillo. 

Mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus). Foto: Samuel de la Torre

En la época reproductora se encuentra principalmente en diferentes tipos de bosques boreales y de montaña, con preferencia por árboles caducifólios como sauces, álamos y abedules.
Se distribuye por Siberia, llegando por el Sur hasta Mongolia y el norte de China, existiendo una pequeña población en el noreste de la Rusia europea. Inverna en el sureste de Asia, desde Nepal y el sur de China, hasta la Península Malaya.
La primera cita en España, data de 1967. Actualmente resulta una especie relativamente frecuente en España, viéndose varios individuos todos los años. A día de hoy, en este 2022, el número de individuos localizados en este otoño va por 103, repartidos por diferentes regiones, con el máximo en Cataluña con 24 individuos. La cita de Colmenar es la segunda de Madrid de este año, precedida por una anterior en el parque forestal de Valdebebas.
Por supuesto, el avistamiento reunió a varios ornitólogos madrileños en el pequeño paraje colmenareño.

Mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus). Foto: Samuel de la Torre

A las 12:44h del sábado, mientras realizábamos unas rutas ornitológicas por la dehesa de Navalvillar, celebrando el Día de Colmenar, nos llegó la noticia de que el día anterior también vieron en el embalse de Guadalix tres gaviotas interesantes de primer invierno: Una cana, una enana y una tridáctila, observadas por David Guillén García. Al ser relocalizada la tridáctila por la mañana, no pudimos resistir la tentación y nos acercamos por la tarde a buscarla. Nada más llegar, allí estaba, nadando con varias gaviotas reidoras y sombrías. Una alegría poder disfrutar de esta rara y preciosa gaviota. 

Gaviotas sombría, reidora y tridáctila de primer invierno. Foto: José A. Matesanz

El domingo por la mañana, mientras realizábamos de nuevo una ruta ornitológica por la Dehesa de Navalvillar, en celebración del Día de Colmenar, de nuevo un aviso de Samuel por teléfono, donde nos informaba de una megarareza de nuevo en el embalse de Guadalix. Parecía el día de la marmota. En esta ocasión era un mosquitero de Pallas, descubierto por Miguel Ángel Serrano, primera cita para la Comunidad de Madrid, y séptima u octava de España. 

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

En este caso, la expectación y los nervios por observarle, nos hizo movilizarnos rápidamente, y poco después de la ruta, nos desplazamos para allá varios socios de Anapri.
Al llegar, el quejigo en el que se encontraba, era un hervidero de amantes de las aves observando y fotografiando a tan excepcional paseriforme.


Se movía incesantemente buscando comida por las hojas y ramas, y de vez en cuando, se ponía a la vista, para disfrute de todos los presentes.

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

El rasgo más evidente que lo diferencia del bilistado, es la lista amarilla en el centro del píleo, y una mancha amarillenta en la rabadilla, más complicada de observar.
El mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus), tiene unas actitudes y unos movimientos que recuerdan bastante a un reyezuelo, de ahí también parte de su nombre científico (regulus para los reyezuelos).

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

En época reproductora se distribuye por la taiga haciendo uso de bosques de coníferas. Se reproduce en el sur de Siberia, desde la cordillera de Altai hasta el mar de Ojotsk, así como en el norte de Mongolia y el noreste de China. Inverna entre el sureste de China y el norte de Indochina.
La primera cita en España data de 1987.

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

Durante 3 horas de observación, el mosquitero no paró ni un segundo de recorrer de arriba a abajo, literalmente, dos grupitos de quejigos, pasándose de unos a otros y volviendo de nuevo.

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

La cara de satisfacción de todos los presentes era evidente, y no era para menos. Pedazo de citón para Madrid. Lo disfrutamos de lo lindo.

Mosquitero de Pallas (Phylloscopus proregulus). Foto: Samuel de la Torre

Cuando ya empezaba a caer la tarde, decidimos dedicar un poco de tiempo a las acuáticas del embalse, volviendo a localizar a la preciosa tridáctila.

Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla). Foto: Samuel de la Torre.

Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla). Foto: Samuel de la Torre.

El efecto llamada para muchos ornitólogos ante estas rarezas, hace que haya muchos ojos expertos mirando aves, así, hoy lunes, entre los presentes, nuestro compi Alfredo nos comunicaba que no veía al mosquitero de Pallas, pero a cambio, habían descubierto un Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius).

Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius). Foto: José A. Matesanz

El falaropo picogrueso cría en el Ártico, e inverna en el Oeste de África. En sus vuelos migratorios, no es difícil verlos por las costas cantábricas y Galicia. Más complicado es encontrarlo en humedales de interior. Cuando esto ocurre, suele ser producto del arrastre por fuertes temporales.

Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius). Foto: José A. Matesanz

Aguantando una copiosa lluvia, viento, y a ratitos, un poco de sol, hemos disfrutado de esta otra rareza

Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius). Foto: José A. Matesanz

Han pasado un par de grullas y en la orilla había un grupito de 7 correlimos comúnes. Tras una espantada de todos ellos, descubrimos en vuelo rasante un Esmerejón (Falco columbarius), que para nuestra suerte, decidió posarse en una roca durante unos 5 minutos, donde pudimos observarle a placer.

Esmerejón (Falco columbarius). Foto: José A. Matesanz


Esmerejón (Falco columbarius). Foto: José A. Matesanz

Pasadas las 15:30h, mientras regresábamos a casa, un halcón peregrino, picaba sin éxito sobre unas palomas domesticas, en una de las vaquerías de las afueras de Guadalix, poniendo un broche espectacular a tan increíbles días vividos.


miércoles, 31 de marzo de 2021

Aves poco comunes en Febrero-Marzo.

El final del invierno y el comienzo de la primavera, suelen traer buenos avistamientos de aves poco frecuentes. El 7 de febrero, se vió en el embalse de Santillana un Colimbo grande. Tras infructuosa jornada buscándolo, casi al final, con poca luz, conseguimos divisarle en la lejanía, junto al muro de la presa. A finales de febrero, en el embalse de Guadalix de la Sierra, una parejita de pato colorado, decidió aterrizar y alimentarse durante varias horas, para proseguir viaje migratorio hacia el norte.

Pato colorado (Netta rfina)

El 2 de marzo, mientras intentábamos verificar la llegada de alcaravanes, sisones y cernícalos primilla, sin resultado, la jornada nos deparó el avistamiento de un precioso macho de esmerejón, que descansaba en una roca, en los pastizales colmenareños.

Esmerejón (Falco colmbarius)

El 20 de marzo, conseguimos observar a la gaviota enana de primer invierno, que se llevaba viendo varios días en el embalse de Santillana. Bastante similar a la gaviota reidora, se diferencia de ella, por tamaño, un poco más pequeña, y por tener el pico negro en vez de anaranjado o rojizo.

Gaviota enana (Hydrocoloeus minutus). Foto: Ricardo Rodero

Además de la forma de alimentarse, muy parecida a los charranes y fumareles, con vuelos a lo largo de los márgenes del embalse, con constantes idas y venidas por las orillas y con alguna que otra zambullida.

Gaviota enana (Hydrocoloeus minutus). Foto: Bruno García

Pero la característica que más nos ayuda a diferenciarla de la reidora, es el color negro del ala en su parte superior, que forma una V.

Gaviota enana (Hydrocoloeus minutus). Foto: Bruno García.

El 21 de marzo, decidimos desplazarnos al sur de Madrid, para buscar en zonas esteparias, un aguilucho papialbo que se estaba viendo. No tuvimos suerte, pero a cambio, nos deleitamos con la observación de un par de búhos campestres que han invernado en la zona en un grupo de unos 10 individuos.

Búho campestre (Asio flammeus)

El remate final, fue la observación de un Avetoro común, que se ha estado viendo en el embalse de Santillana estos últimos días.

Avetoro común (Botaurus stellaris)

Avetoro común (Botaurus stellaris)

Abril también es mes de migración y de posibilidad de observación de otras variadas aves poco comunes por la zona. Habrá que seguir buscándolas.

viernes, 16 de febrero de 2018

Embalse de Santillana.

El día 7 de febrero estuvimos una vez más dando una vuelta por el embalse de Santillana. No nos cansamos de ir, y cada vez es diferente. Comenzábamos el recorrido viendo las gaviotas salir hacia el vertedero de Colmenar. Numerosos patos cuchara y somormujos en la zona de entrada del arroyo Chozas, con un hilito de agua ridículo para esta época del año. Más escasos, algunos ánades frisos y reales nadaban cercanos a la orilla y los primeros zampullines comunes y cuellinegros se zambullian incansables en busca de alimento. A lo lejos, descubrimos 3 ánsares comunes descansando en la orilla y descubrimos un grupito de 9 elegantísimos ánades rabudos.

Ánade rabudo (Anas acuta)
En el encinar cruza una abubilla en vuelo, mientras de fondo se escucha el reclamo del pito real. Alimentándose en el limo varios andarríos chico y grande y en el cielo un grupo de 43 avefrías con su vuelo pausado.

Avefrías
Mucho cormorán grande posado en el murete de la antigua presa. Las fochas se alejan de nuestra presencia, mientras delante de nosotros se alimenta un bandito de unos 60 verdecillos.

Verdecillos
Mirando hacia la isla, descubrimos al flamenco juvenil que ha pasado con nosotros todo el invierno. Primer dato de invernada de la especie en la Comunidad de Madrid.

Flamenco juvenil
Un ratonero se alimenta de una gaviota sombría muerta en la otra orilla, flanqueado por dos garzas reales. Al volar la rapaz, observo como una de las garzas picotea también el cadáver, en un comportamiento que nunca había observado. Un poco más adelante, descubro a dos tarros blancos, mucho menos comunes en este embalse, que sus parientes los tarros canelos.

Tarro blanco (Tadorna tadorna)
Estábamos terminando nuestra vuelta, cuando un trío de corzos cruza a la carrera para refugiarse en la vegetación del arroyo Mediano. Que ilusión nos hace siempre ver a estos elegantes ungulados.
Pero faltaba el remate final. A la que nos retirábamos hacia la furgo, observamos como un halconcillo se dirige hacia nosotros. Al vernos cambia de rumbo y se posa en un chopo. Se trata de un esmerejón. El menor de los halcones que desde Europa nos visita para invernar todos los años. El plumaje gris parduzco nos hace ver que se trata de una hembra o un juvenil, que en estas fechas presentan un plumaje muy similar.

Esmerejón (Falco columbarius)
En un momento dado, emprende vuelo, a la par que un pito real que pasa por debajo y al que persigue. Después de un par de quiebros vienen en dirección nuestra. Al vernos, el esmerejón deja la persecución y en rápida maniobra se eleva. Sigue en vuelo, y enseguida, pica sobre una urraca sin éxito. Al momento, cuatro de ellas comienzan a acosarle, a lo que de vez en cuando, el esmerejón responde con rápidos cambios de dirección y picados sobre ellas. Unos 7-8 sin éxito en la captura, para finalmente alejarse en vuelo hacia el norte.
 Alucinante final para una gran jornada.