El segundo día de nuestra estancia en la Albufera, lo comenzamos visitando el Tancat de L´Illa. Para acceder a esta zona de reserva, hay que pedir permiso. Después del recibimiento de los responsables de la reserva y tras contarnos las cualidades del espacio que íbamos a visitar, comenzamos la rutilla por caminos rodeados de zonas encharcadas y carrizos, en un día gris que amenazaba con lluvia.
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Foto: Eduardo Ramírez |
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Foto: Eduardo Ramírez |
No había mucha cantidad de aves, pero pudimos disfrutar de las primeras garcillas cangrejeras.
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Garcilla Cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Ricardo Rodero. |
Un joven flamenco se había sedimentado en una de las charcas, teóricamente con algún tipo de lesión, que le impedía irse volando. Ánades reales, fochas, gallinetas, algún somormujo y algún zampullín común se dejaban ver por los aclarados del carrizo junto a los caminos. Algún aguilucho lagunero, y los reclamos de rascón y calamón entre la maraña del carrizal, amenizaban nuestro recorrido. Y aunque nos comentaron que era un lugar donde el carricerín real era residente, nos tuvimos que conformar, con el más abundante carricero común.
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Carricero común (Acrocephalus scirpaceus). Foto: Ricardo Rodero. |
En nuestra visita, coincidimos con el equipo de cría e introducción de galápago europeo. Amablemente nos contaron que estaban realizando ese día. Revisaban jaulones acuáticos donde estaban los galápagos, y donde los crían en contacto con el agua de las pequeñas lagunas y canales, convenientemente cerrados para que no puedan ser depredados por las garzas, hasta que tienen un tamaño suficiente para poderlos liberar.
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Galápago europeo (Emys orbicularis). Foto: David Sanz |
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Galápago europeo (Emys orbicularis)Foto: David Sanz |
Además de estos reptiles y aves, Pedro vio esta preciosa mariposa.
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Nomeolvides (Utetheisa pulchella). Foto: Pedro Juan Sanz |
Después de la visita, nos hicimos una fotito de grupo, antes de desplazarnos hacia el Ullal de Baldoví.
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Foto: Eduardo Ramírez. |
En el trayecto, hicimos algunas paradas para ver la cantidad de moritos, garzas y garcetas que había en algunos campos encharcados.
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Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Pedro Juan Sanz |
Ya muy cerquita del Ullal, descubrimos una encharcación mayor, con aguja colinegra, combatientes, cigüeñuelas, y un montón de moritos, y otros que fueron acercándose, juntándose más de un millar, formando unas bandadas en vuelo espectaculares.
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Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Ricardo Rodero. |
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Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Pedro Juan Sanz. |
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Foto: Ángeles Moya. |
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Foto: Ángeles Moya. |
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Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Ángeles Moya. |
En los campos de alrededor, también se movían decenas de garcillas bueyeras.
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Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis). Foto: Ángeles Moya. |
Después de este espectáculo, nos acercamos al Ullal de Baldoví, donde además de ánade real, garza real y garceta común, disfrutamos de algún martinete, y de una garcilla cangrejera, que tuvo a bien, posar muy cerquita del observatorio.
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Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Pedro Juan Sanz. |
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Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Ángeles Moya. |
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Foto: Ángeles Moya. |
Para finalizar la mañana, nos acercamos a comer al Restaurante Náutico del Perelló, donde volvimos a comer diferentes arroces y disfrutamos de una agradable sobremesa.
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Foto: Ángeles Moya |
Después fuimos al Tancat del Rei, y volvimos a disfrutar de un buen número de limícolas, hasta que atardeció, y la presencia de mosquitos nos invitó a abandonar el lugar.
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