jueves, 2 de octubre de 2025

Viaje a la Albufera de Valencia 2

El segundo día de nuestra estancia en la Albufera, lo comenzamos visitando el Tancat de L´Illa. Para acceder a esta zona de reserva, hay que pedir permiso. Después del recibimiento de los responsables de la reserva y tras contarnos las cualidades del espacio que íbamos a visitar, comenzamos la rutilla por caminos rodeados de zonas encharcadas y carrizos, en un día gris que amenazaba con lluvia.


Foto: Eduardo Ramírez

Foto: Eduardo Ramírez

No había mucha cantidad de aves, pero pudimos disfrutar de las primeras garcillas cangrejeras.

Garcilla Cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Ricardo Rodero.

Un joven flamenco se había sedimentado en una de las charcas, teóricamente con algún tipo de lesión, que le impedía irse volando. Ánades reales, fochas, gallinetas, algún somormujo y algún zampullín común se dejaban ver por los aclarados del carrizo junto a los caminos. Algún aguilucho lagunero, y los reclamos de rascón y calamón entre la maraña del carrizal, amenizaban nuestro recorrido. Y aunque nos comentaron que era un lugar donde el carricerín real era residente, nos tuvimos que conformar, con el más abundante carricero común.

Carricero común (Acrocephalus scirpaceus). Foto: Ricardo Rodero.

En nuestra visita, coincidimos con el equipo de cría e introducción de galápago europeo. Amablemente nos contaron que estaban realizando ese día. Revisaban jaulones acuáticos donde estaban los galápagos, y donde los crían en contacto con el agua de las pequeñas lagunas y canales, convenientemente cerrados para que no puedan ser depredados por las garzas, hasta que tienen un tamaño suficiente para poderlos liberar.

Galápago europeo (Emys orbicularis). Foto: David Sanz


Galápago europeo (Emys orbicularis)Foto: David Sanz


Además de estos reptiles y aves, Pedro vio esta preciosa mariposa.

Nomeolvides (Utetheisa pulchella). Foto: Pedro Juan Sanz

Después de la visita, nos hicimos una fotito de grupo, antes de desplazarnos hacia el Ullal de Baldoví.

Foto: Eduardo Ramírez.

En el trayecto, hicimos algunas paradas para ver la cantidad de moritos, garzas y garcetas que había en algunos campos encharcados.

Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Pedro Juan Sanz

Ya muy cerquita del Ullal, descubrimos una encharcación mayor, con aguja colinegra, combatientes, cigüeñuelas, y un montón de moritos, y otros que fueron acercándose, juntándose más de un millar, formando unas bandadas en vuelo espectaculares.

Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Ricardo Rodero.


Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Pedro Juan Sanz.

Foto: Ángeles Moya.

Foto: Ángeles Moya.

Moritos (Plegadis fascinellus). Foto: Ángeles Moya.

En los campos de alrededor, también se movían decenas de garcillas bueyeras.

Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis). Foto: Ángeles Moya.

Después de este espectáculo, nos acercamos al Ullal de Baldoví, donde además de ánade real, garza real y garceta común, disfrutamos de algún martinete, y de una garcilla cangrejera, que tuvo a bien, posar muy cerquita del observatorio.

Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Pedro Juan Sanz.

Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Ángeles Moya.

Foto: Ángeles Moya.

Para finalizar la mañana, nos acercamos a comer al Restaurante Náutico del Perelló, donde volvimos a comer diferentes arroces y disfrutamos de una agradable sobremesa.

Foto: Ángeles Moya

Después fuimos al Tancat del Rei, y volvimos a disfrutar de un buen número de limícolas, hasta que atardeció, y la presencia de mosquitos nos invitó a abandonar el lugar.

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